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[Review 1119]: El salón de pachinko – Elisa Shua Dusapin



Sinopsis

Claire está a punto de cumplir treinta años y con la llegada del verano, decide ir a pasar una temporada con sus abuelos maternos en Tokio y acompañarlos en un viaje a su Corea natal, que abandonaron cuando comenzó la guerra civil y a donde nunca han regresado.
En Tokio, Claire se reencontrará con los recuerdos de su infancia y con un país donde no puede evitar sentirse una extraña. De sus abuelos la separan la distancia generacional y el ella ha olvidado el coreano y su abuela se niega a hablar japonés.
Además, se ocupará de cuidar de Mieko, una niña japonesa a la que enseña francés.


Ficha Técnica

Datos

Título original

Editorial: Automática Editorial
Traducción: Andrea Daga
Saga: Único
Fecha Publicación: 09/2023
ISBN/ASIN: 9788415509929
Páginas: 152
Cubierta: Tapa blanda
Precio: 17.00 €
Ebook: No tiene
Primeras páginas: AQUÍ.
The pachinko parlor (2018)


Autora

Elisa Shua Dusapin nació en Francia en 1992. De padre francés y madre surcoreana, creció entre París, Seúl y Porrentruy, en el cantón suizo del Jura. Dusapin recuerda su infancia y su educación como un proceso marcado por dos culturas.
En 2014 se graduó en Escritura Literaria en el Institut littéraire suisse de Bienne, Suiza, y en 2016 empezó a cursar un Máster en Francés Moderno en la Universidad de Lausana. Ha intercalado sus estudios con algunas estancias en Asia Oriental, concretamente en Japón y Corea del Sur, y con residencias literarias en Estados Unidos. Su obra, que incluye las novelas Un invierno en Sokcho y Vladivostok Circus (ambas publicadas en Alianza), se ha traducido a más de veinte idiomas y ha recibido multitud de galardones internacionales.
Por El salón de pachinko la autora obtuvo el Prix suisse de littérature y el Prix Ève de l’Académie romande.


Opinión Personal


A estas alturas ya todos los que me conocéis sabéis que soy una gran admiradora de la cultura asiática, sobre todo la coreana, japonesa y china. Así que este libro tenía que leerlo porque no hay mejor forma de inmersión que a través de autores de esas nacionalidades y de sus vivencias.

Esta es una historia que no tiene un argumento lineal, es más como una yuxtaposición de ideas que nos van mostrando los sentimientos de la protagonista y cómo afronta el no sentirse parte de ningún lugar. Como miguitas de pan que nos llevan a la imagen completa.

Claire, residente en Suiza, visita a sus abuelos coreanos en Tokio, el lugar al que llegaron huyendo de la guerra en Corea y del que nunca han conseguido sentirse parte. Claire incluso casi ha olvidado hablar coreano y su japonés tampoco es demasiado bueno, pero tiene la intención de llevar de viaje a sus abuelos de nuevo a Corea, donde no han regresado nunca.
Leer a mi madre a veces me agota tanto que acabo renunciando a lo que había planeado hacer y me tumbo en la cama con los brazos y las piernas extendidos, como una estrella de mar.
Mientras también aprovecha para dar clases de francés a Mieko, una niña japonesa que se va a ir a estudiar al extranjero y que pondrá a Claire en contacto con la realidad japonesa actual y con las sensaciones de desarraigo cultural que tiene.

Todas estas ideas o imágenes que nos va mostrando la autora nos dan una idea de lo perdida que se siente Claire, del desconocimiento de su propia identidad cultural y del sentimiento extrínseco de su herencia cultural tan dispersa.

A través de pequeños diálogos con los abuelos y con Mieko y su madre la autora sumerge al lector en un estado de malestar y de melancolía. Malestar por la situación en la que viven sus abuelos y melancolía por no conocer a fondo sus orígenes.
Ha aparecido la luna en forma de croissant, horizontal. Cada vez que la veo me sorprendo de que la luna en Japón parece dormir, mientras que en Suiza se mantiene derecha.
La negativa de sus abuelos a integrarse por completo en el país en el que llevan treinta años viviendo es una especie de resistencia cultural a perder sus orígenes. El lenguaje se entiende como un arma con la que luchar contra Japón porque ellos siguen siendo ciudadanos de una Corea no dividida.

Pero a la vez viven en un espacio de tránsito ya que no desean integrarse ni son por completo aceptados, pero tampoco se atreven a regresar a su país natal por miedo a lo que encontrarán allí.

Una historia sobre conexiones y desconexiones, sobre sentirse extranjera donde deberías sentirte integrada y sobre comprender la compleja situación en la que han vivido sus abuelos. 



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