Para la diseñadora de moda en ciernes Lola Nolan, las prendas de ropa más llamativas, más brillantes, más divertidas, más salvajes, siempre son las mejores. A pesar de su estilo extravagante, Lola es una hija ejemplar y una buena amiga, y tiene grandes planes para el futuro. Todo en su vida parece bastante perfecto (incluso su guapísimo novio roquero) hasta que los gemelos Bell se mudan de nuevo a la casa de al lado.
Cricket Bell ha vuelto y quiere arreglar los problemas del pasado. Y Lola deberá reconocer sus verdaderos sentimientos hacia él.
Ficha técnica Editorial: Plataforma Sello: Plataforma Neo Traducción: Laura Ibáñez Saga: Un beso en París, #2 Fecha Publicación: 04/2013 ISBN/ASIN: 9788415750536 Páginas: 399 Cubierta: Tapa blanda con solapas Precio: 17.00 € Ebook: 7.49 € Primeras páginas: AQUÍ |
Título Original y Portada
Lola and the boy next door (2011)
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Autora:
Stephanie Perkins nació en Carolina del Sur, creció en Arizona y fue a la universidad en San Francisco y Atlanta. Siempre ha trabajado con libros: primero como librera, después como bibliotecaria y ahora como escritora de literatura juvenil. En la actualidad vive en las montañas de Carolina del Norte con su marido, sus dos perros y su gato, en una casa en la que cada una de las habitaciones está pintada de un color del arco iris.
http://www.stephanieperkins.com/
Opinión Personal
No, esto no es Un beso en París, y por muy odioso que resulte, es imposible no hacer comparaciones. Sobre todo cuando el libro anterior te enamoró completamente. Pero eso tampoco quiere decir que este libro no sea fantástico, porque lo es.
Lola es todo un personaje, segura de sí misma (la mayoría de las veces), extravagante, original, con talento y muy imaginativa. Es cierto que se queja mucho y es un poco “llorona”, pero es una adolescente así que se le sobreentiende cierto grado de “pavez” (por lo de la edad del pavo…). Me ha gustado en líneas generales su valentía al ser tan diferente en su estilo, aunque cuando escarbas un poco (es decir, continúas leyendo…) pues te das cuenta de que hay mucho de vulnerable en ella, de ocultarse tras su imagen llamativa. Y por cierto, me ha encantado que sea miope como un topo, facilita mucho que me identifique con un personaje así… xD
En un ágil movimiento, balancea las piernas hasta meterlas dentro de su habitación. Pone los pies en el suelo con una delicadeza, con una gracia, que es inconfundible. Siento una punzada familiar. Se estira y me quedo embobada de nuevo.—Cricket, qué… alto estás.Seguramente esa sea la frase más absurda e idiota que pudiera haberle dicho.
Cricket es un encanto, no hay otra forma de definirlo. Tierno, dulce, encantador, inteligente. Lo único malo que tiene es su indecisión, que ya le “costó” su incipiente relación con Lola en el pasado. Bueno, y también su odiosa hermana. No ha tenido una vida fácil al tener que vivir pendiente de los éxitos de su hermana, con constantes desplazamientos. Pero ahora ha vuelto…
Luego está Max, el novio de Lola. No sé muy bien cómo definirle, porque me caía muy bien, pero como “tenía” que desaparecer para que Cricket y Lola se reencontraran, pues la autora al final lo transforma. Me hubiera gustado que le hubiera dado otro trato, creo que es un personaje que merecía más.
Los padres de Lola también me han gustado mucho, sobreprotectores pero orgullosos de su hija. Me gusta que no traten de cambiar su forma de ser y que la apoyen, resulta refrescante ver que no todos los adolescentes protagonistas de novelas tienen padres o despreocupados o directamente malvados.
Y sí, Anna y Etienne vuelven a aparecer para nuestro deleite. Lola trabaja en el mismo cine que ellos dos y sus apariciones están llenas de agradable melancolía al recordar su historia.
Cuando acabo, levanto la vista y él me mira. La luna se desplaza por el cielo. Sus rayos le iluminan las pestañas, y me sorprende estar allí, en plena oscuridad, con un chico que un día me rompió el corazón. Un chico que me besaría si yo no tuviera novio. Al que besaría si yo no tuviera novio.A quien quiero besar.
Sin duda la historia sigue teniendo el mágico toque de Perkins, que consigue hacerte vivir el romance como si estuvieras allí. Es divertida, entretenida y muy romántica. Sin llegar a ninguna ñoñería. Tiene un estilo maravilloso que hace que disfrutes de cada línea. Por supuesto que, en líneas generales, existe un paralelismo entre esta historia y Un beso en París, en ambas historias uno de los protagonistas ya tiene pareja y trata de aferrarse a ella para evitar cambios o corazones heridos. Pero ahí se terminan las similitudes.
Es un libro que se disfruta, que no decepciona si eres capaz de no compararlo demasiado con el anterior. Con un argumento fresco y divertido, y con mucha tensión en medio para hacernos sufrir un poquito a lo largo de la historia. Con personajes originales y muy cercanos que se abrirán un huequecito en tu corazón, justo al lado de Anna y Etienne. Sin duda lo recomiendo mucho.
Volverás a enamorarte de Stephanie Perkins... |
Muchas gracias a Plataforma Neo por el ejemplar para la reseña.
A mí me ha gustado menos precisamente porque esperaba más después del primero...
ResponderEliminarPienso igual, no supero mis expectativas. Me quedo con Un beso en Paris.
ResponderEliminarOh! Lindo blog.
Todo el mundo habla maravillas de este libro y el anterior, a ver si los consigo y puedo leerlos. ¡Gracias por la reseña!
ResponderEliminarMe encanto este libro =) y el primero aun más!!
ResponderEliminarBesitos
Lo tengo pendiente :( pero no paro de leer estupendas críticas sobre él, así que creo que tendré que comprármelo muy rápido
ResponderEliminarmil gracias por la reseña
Little Red Reading Hood
http://littlered-readinghood.blogspot.com.es/
Todavía no he leído ninguno de los dos libros. Aixxx, y mira que cuando salió Un beso en París estuve como loca con que lo quería. Pero tenía tantos pendientes, que no podía comprar más. jajajaja. A ver si ahora que ha bajado la lista de pendientes, puedo hacerle un hueco a alguno de los dos.
ResponderEliminarMe encanta esta portada. Me tiene enamorada.
BESOTES
No he leído ni el anterior ni este, así que no podría comparar aunque quisiera, jeje. Besines, Tinuewel!
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