[Review 34]: La locura de lord Ian Mackenzie - Jennifer Ashley

 
Título Original: The madness of lord Ian Mackenzie
Editorial: Pámies
Colección: Phoebe
Fecha Publicación: 09/2011
ISBN: 978-84-96952-85-0
Serie: Highland pleasures #1
Páginas: 314
Cubierta: Rústica con solapas
Precio: 16.95 €

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Sinopsis:

1881. Los cuatro hermanos Mackenzie son ricos, poderosos, peligrosos, excéntricos y... escoceses. Los escándalos y rumores que les envuelven, las habladurías sobre sus amantes y sus oscuros apetitos, tienen alborotado a todo el país. Cualquier dama sabe que si es vista con uno ellos perderá la reputación de inmediato.

El menor, lord Ian, es conocido como el Loco Mackenzie porque ha pasado gran parte de su vida recluido por su tiránico padre en un sanatorio mental. Sin embargo, eso no impide que sea un hombre fuerte y atractivo con una gran inclinación por las tazas de porcelana de la dinastía Ming y las mujeres hermosas.

Beth Ackerley es una joven viuda que acaba de heredar una gran fortuna tras una infancia desafortunada y un breve, pero feliz, matrimonio. Ahora, Beth ha decidido que no quiere más sobresaltos; sólo desea vivir en paz, viajar, ayudar a los desfavorecidos y recordar con cariño a su fallecido esposo.

Pero entonces, lord Ian Mackenzie irrumpe como un vendaval en su vida y decide que tiene que ser suya...

La autora:

Seudónimo utilizado por Ashley Gardner, también Laurien Gardner y Allyson James

Ashley Gardner ha vivido por todo el mundo, incluidas Europa y Japón, y ahora reside en Arizona. Se licenció en literatura inglesa, lo que le provocó un gran interés en la historia, las artes y la cultura del periodo romántico de la regencia inglesa. Cuando no anda documentándose o escribiendo, disfruta viajando, cocinando, tocando la guitarra, construyendo habitaciones en miniatura, haciendo senderismo, leyendo novelas históricas de misterio y bebiendo té para gourmets.

Opinión personal

Esta novela es sencillamente un imprescindible si te gusta la novela romántica adulta. No se puede decir más claro. En cuanto empiezas a leerlo no puedes parar, pero lo curioso es que quieres hacerlo por que no quieres que se termine de lo bien que lo estás pasando. Y he leído por ahí un par de reseñas que les ha pasado lo mismo, leer el final del libro cada vez más despacio porque no querían despedirse de los protagonistas.

Y es que Ian Mackenzie ha pasado a ser uno de mis protagonistas masculinos preferidos de todos los tiempos. Resulta irónico que una persona con el síndrome de Asperger (una especie de autismo muy ligero) pueda enseñarnos tantas cosas y hacernos sentir otras tantas. Su brutal sinceridad, que a veces te choca, en realidad hace de él un ser muy muy especial. No sabe mentir, no sabe interpretar los sentimientos de la gente, lo que quieras de él has de pedírselo lo más directamente posible, porque así es como él hará contigo. Y aunque parezca extraño, simplemente te enamoras de él en menos de 50 páginas…

Beth se ruborizó.
—Milord, me resulta incoherente. Si no quiere mi fortuna ni mi amor, ¿cuál es la razón por la que desea casarse conmigo?
Ian alargó la mano hacia el rizo otra vez como si no lograra contener el impulso.
—Quiero acostarme contigo.
Beth supo en ese instante que ella no era realmente una dama y que nunca lo sería. Una dama de verdad se habría desmayado en la silla o gritado hasta hacer caer el techo del teatro. Pero ella se limitó a inclinarse hacia Ian, en una actitud casi provocativa.
—¿De veras?
(…)
—No sé si le he entendido bien. Quiere llevarme a la cama, pero como he sido una respetable señora casada, ¿considera que tenemos que pasar por la vicaría para conseguirlo?
—Sí.
Ella emitió una risa medio histérica.
—Mi querido lord Ian, ¿no cree que eso es un poco exagerado? Y después de haberme llevado a la cama, ¿seguirá casado conmigo?
—Pienso acostarme contigo más de una vez.

El personaje de Beth también resulta encantador y dulce, porque mientras durante toda su vida a Ian le han visto como un loco ella consigue ver a través de su enfermedad al hombre que vive allí. Y con su dulzura y amor conseguirá que él esté mucho más cerca de ella que de nadie más. No sé si serán sus orígenes humildes o las penurias que pasó o el haber tenido un matrimonio anterior muy bueno, pero todo ello Beth una persona nada superficial y que no juzga a nadie por el exterior. Algo que le hace enamorarse de un loco encantador al que los demás temen.

Un burbujeante placer disolvió la tensión de Ian.
—Relaciones carnales —repitió él.
—Sí —confirmó ella con voz jadeante—. Si estás interesado.
«¿Que si estoy interesado?»
—Te refieres a acostarnos juntos —se aseguró él, concisamente.
El rubor de Beth se intensificó y comenzó a juguetear con el anillo en el dedo.
—S-sí, me refiero exactamente a eso. N-no hablo de que me conviertas en tu... querida, ya... ya me entiendes, sino sólo... de ser dos personas gozando... de... de esa faceta de la vida. N-nos gustamos bastante... y no creo... que vuelva a casarme. Bien sabe Dios que Mather me ha quitado las ganas. Pero... qui-quizá podamos ser... amantes. Al menos... mientras estemos en París. S-sé que estoy balbuceando, pero no puedo evitarlo.
(…)
—Empezaremos ahora —manifestó Ian.
Ella dio un respingo.
—¿Ahora mismo?
—Antes de que te arrepientas.

Y alrededor de esta maravillosa pareja los hermanos de Ian (Mac, Hart y Cam) con sus historias de amor desgraciado que se convertirán en otra novela próximamente. Realmente los cuatro hermanos han tenido unas vidas de lo más tristes e interesante y cada uno de ellos van a darnos, estoy segura, unas novelas muy especiales. El siguiente libro será el de Mac e Isabella, dos personajes que aparecen ya aquí, y que os encantarán.

Pero no solo hay eso, si no también crímenes e investigaciones. Inspectores con una afán muy personal de encontrar culpables a los Mackenzie y una historia de amor trágica. ¿Se puede pedir más?

—No es justo que sólo me mires cuando estoy muy enferma —protestó Beth—. Ahora que estoy mucho mejor y despierta, vuelves a mirar hacia otro sitio.
—Porque cuando te miro me olvido de todo lo demás. Pierdo el hilo de lo que estoy haciendo o diciendo. Sólo puedo pensar en tus ojos. —Ian puso la cabeza sobre la almohada y le cubrió el pecho con la mano—. Tienes unos ojos preciosos.
A ella se le aceleró el corazón.
—Y ahora te dedicas a halagarme para que no sea capaz de reñirte.
—-Jamás te he halagado.
Beth le acarició la mejilla.
—Sabes que eres el mejor hombre del mundo, ¿verdad?

Así que si por alguna razón, cualquiera, habéis pasado este libro por alto en las novedades de septiembre ya podéis ir corriendo a por él porque si no os estaréis perdiendo una preciosa y original historia de amor, con unos protagonistas fantásticos que os harán reír y disfrutar y una historia que promete una continuación igual de apasionante que esta primera entrega.

Voy a tener que pensar en un modo de calificación porque entre este y Ángeles Ibirika me han hecho desear tener un 10 a mano...